¿Qué es un equipo disfuncional?
Patrick Lencioni publicó en 2002 su libro «Las 5 disfunciones de un equipo» para mostrar los motivos principales que impiden a un equipo «funcionar» con normalidad. En su enfoque los equipos disfuncionales…
- no confían entre sí y sus miembros ocultan sus debilidades, no aceptan los errores propios, protegen su vulnerabilidad y temen compartir información por si pudiera ser usada por los demás generando, así, conversaciones inefectivas y vínculos de colaboración débiles
- temen el conflicto y no generan conversaciones para resolver problemas o para generar mejoras, se protegen de los demás para no ser heridos y no dan feedback para no generar conflictos generando, así, una «armonía artificial»
- no se comprometen y no cumplen los acuerdos contraídos, no aceptan realmente las decisiones aunque lo simulen generando, así, incumplimientos y retrasos
- no se hacen responsables de lo que sucede y no llaman la atención a aquellos que no cumplen generando, así, sobrecargas perjudiciales en los que sí que cumplen
- protegen su ego y se focalizan en sus intereses, el desarrollo de su carrera personal y en obtener reconocimiento, por lo que los resultados del equipo quedan en segundo paso, generando, así ineficiencia e ineficacia
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¿Cómo convertirse en un equipo funcional?
La Metodología 5×1 de Success Mind ha ayudado a equipos en empresas nacionales y multinacionales de múltiples sectores a convertirse en equipos efectivos, eficientes y eficaces, capaces de generar valor económico, preparadas para construir valor relacional y con una altra capacidad adaptativa.
Nuestra Metodología 5×1 se construye sobre 3 claves fundamentales para la transformación: analizar, conversar y accionar.
La primera clave es ser consciente de que nuestro equipo es disfuncional y, para lograrlo, es necesario utilizar herramientas de análisis que nos proporcionen una fotografía del «hoy» del equipo.
El segundo paso es crear conversaciones significativas que permitan al equipo explorar las disfunciones del equipo, establecer prioridades en las que trabajar y crear planes de acción.
El tercero es pasar a la acción de forma metódica y responsable, aplicando desde el primer momento los 5 factores funcionales: confianza, gestión del conflicto, compromiso, responsabilidad y el foco en los resultados.
Dicho así parece sencillo… ¿verdad?… y lo es si el proceso está dirigido por profesionales con un amplio conocimiento de las dinámicas organizativas y grupales que pueda orientar al equipo en su transformación.
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